Por Juan Pablo Ojeda

 

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, salió al paso de las declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump, quien acusó al gobierno de Joe Biden de permitir el ingreso de migrantes mexicanos a Estados Unidos. Desde Palacio Nacional, la mandataria dejó clara la postura del gobierno mexicano: no aceptar la criminalización de la migración y recordar que este fenómeno ha sido clave en la historia y la economía de ambos países.

Sheinbaum subrayó que las personas migrantes no cruzan fronteras por gusto, sino por necesidad. Dijo que las y los mexicanos, al igual que personas de otras partes del mundo, buscan mejores oportunidades, ingresos dignos y la posibilidad de apoyar a sus familias. En ese contexto, rechazó la narrativa que presenta a la migración como una amenaza y no como una realidad social profundamente humana.

La presidenta recordó que Estados Unidos se construyó a partir de la migración. Señaló que personas provenientes de Europa y de muchas otras regiones llegaron a ese país y dieron origen a la nación que hoy existe. También destacó el vínculo histórico entre México y Estados Unidos, recordando que una parte del territorio estadounidense fue mexicano, lo que dejó familias divididas a ambos lados de la frontera.

Además, evocó momentos clave de la historia compartida, como los programas laborales durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la migración mexicana fue impulsada de manera formal para cubrir necesidades productivas del país vecino. Para Sheinbaum, estos antecedentes muestran que la movilidad humana no es un problema nuevo, sino una constante en la relación bilateral.

En el terreno de los datos recientes, la presidenta explicó que la migración mexicana disminuyó durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y también bajo la administración de Joe Biden. Atribuyó esta reducción a políticas internas de desarrollo, como el aumento al salario mínimo y los programas de bienestar, que mejoraron las condiciones de vida y redujeron la necesidad de emigrar.

Sheinbaum precisó que actualmente los principales flujos migratorios que pasan por México corresponden a personas de otras nacionalidades, sobre todo de Centroamérica y de distintas regiones del mundo, que utilizan al país como ruta de tránsito. En ese sentido, reiteró que la postura de México ha sido ofrecer opciones, atender las causas y evitar cruces irregulares, siempre con una visión de cooperación para el desarrollo.

La mandataria también destacó el papel fundamental de los migrantes mexicanos en la economía estadounidense. Puso como ejemplo la producción agrícola en estados como California, que —dijo— no sería lo que es hoy sin el trabajo de las y los mexicanos. Añadió que la identidad mexicana sigue viva en millones de personas de origen mexicano, incluso en tercera, cuarta y quinta generación.

Para Sheinbaum, la migración no puede entenderse solo desde la coyuntura política o electoral. Es parte del entramado histórico, social y económico que une a México y Estados Unidos, y debe abordarse con responsabilidad, cooperación y respeto a la dignidad humana.

Por admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *