Por Bruno Cortés

 

El diputado Rubén Moreira Valdez, coordinador del Grupo Parlamentario del PRI, encendió las alarmas en San Lázaro tras el anuncio del Departamento de Transporte de Estados Unidos, que decidió cancelar rutas aéreas actuales y futuras de aerolíneas mexicanas como respuesta al incumplimiento de un acuerdo bilateral firmado en 2015. Según el legislador, esta medida representa un golpe serio a la economía y a la confianza internacional en México.

En palabras simples, lo que ocurrió es que el gobierno mexicano no respetó lo pactado con Estados Unidos sobre la operación de vuelos entre ambos países. Este tipo de acuerdos bilaterales regulan cuántas rutas se pueden abrir, desde qué aeropuertos, y bajo qué condiciones. Pero con la insistencia del gobierno anterior de mover operaciones al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) —especialmente los vuelos de carga— se generó un conflicto con las autoridades estadounidenses, quienes aseguran que eso rompe el principio de competencia equitativa.

Moreira explicó que el problema no es nuevo, sino una consecuencia de las políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien, durante su sexenio, “jugó rudo con las aerolíneas” para obligarlas a operar en el AIFA. En ese intento, se dejaron de lado factores como el costo del transporte, la falta de infraestructura y el tan prometido tren que conectaría la terminal con la capital, que aún no existe.

El resultado, advirtió el priista, es que Estados Unidos ve desventajas operativas para sus aerolíneas, lo que derivó en la sanción actual: suspensión de rutas combinadas de pasajeros y carga desde el AIFA, cancelación de nuevas rutas hacia territorio estadounidense y congelamiento de cualquier crecimiento futuro del sector aéreo bilateral. En otras palabras, se frenan inversiones, empleos y la expansión de las aerolíneas mexicanas.

“Los pactos son para cumplirse”, sentenció Moreira. “Es una mala política del Gobierno Federal pelearse con otros países, sobre todo con una potencia como Estados Unidos, nuestro principal socio comercial. No se pueden tomar decisiones unilaterales solo por ideología”.

El diputado subrayó que esta falta de tacto diplomático y de pericia para negociar genera desconfianza y afecta la competitividad del país. Porque cuando hay inestabilidad en acuerdos internacionales, los inversionistas se alejan. Y en un contexto donde México busca mantener su crecimiento económico, cada error de este tipo se traduce en menos empleo, menos turismo y menos oportunidades.

Moreira también aprovechó para enviar un mensaje a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, pidiéndole un cambio de rumbo respecto al estilo de confrontación del gobierno anterior. “Necesitamos dejar de polarizar, dentro y fuera del país, para tener mejores resultados”, dijo.

El fondo del asunto es claro: la política exterior y la política económica están más ligadas de lo que parece. Cuando México incumple acuerdos internacionales, no solo se afecta la reputación del gobierno, sino también el bolsillo de la gente: los boletos de avión pueden encarecerse, las empresas aéreas reducen operaciones y los empleos en aeropuertos o aerolíneas se ponen en riesgo.

Moreira lo resume con una frase contundente: “Este anuncio es un grave daño para México. ¿Quién invierte si no hay certeza?”. Y es que en el mundo económico, la confianza vale más que cualquier discurso.

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