La presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Kenia López Rabadán, puso el dedo en la llaga del campo mexicano: el maíz, ese grano que no solo alimenta, sino que sostiene buena parte de nuestra identidad nacional, necesita más que discursos patrióticos. Necesita apoyo real en el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2026.
Con tono firme, López Rabadán lanzó un llamado a los tres Poderes de la Unión para que se tomen en serio la protección de los productores nacionales. Su mensaje fue claro: “sin maíz no hay país, pero sin apoyo no hay desarrollo”. En palabras sencillas, pidió que se incorporen mecanismos en el presupuesto que den certidumbre al mercado agrícola, es decir, reglas claras que permitan responder a tiempo si los precios se disparan o si una crisis golpea al campo.
Y no lo dice por decir. En los últimos meses, productores de maíz de distintos estados han salido a exigir que el Gobierno Federal no los deje a su suerte. Muchos enfrentan la subida de insumos, el desplome de precios y la falta de apoyos directos. López Rabadán retomó ese reclamo y lo llevó al Congreso, donde en los próximos días se discutirá el presupuesto del próximo año, una de las decisiones más importantes que puede tomar la Cámara de Diputados.
La panista subrayó que este respaldo al campo no es un asunto partidista, sino de sentido común: si no se protege la producción nacional, México se vuelve más dependiente del maíz importado y más vulnerable a las crisis internacionales. Dicho de otro modo, si el presupuesto no cuida al productor, todos terminamos pagando más caro la tortilla.
En otro tema, la diputada también habló sobre la reciente cancelación de vuelos del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) hacia Estados Unidos, tanto de carga como de pasajeros. Aclaró que esto no se trata de una disputa política, sino de cumplir con normativas internacionales que garantizan la seguridad aérea. “Las reglas de la aviación no tienen color ni ideología —dijo—, son compromisos globales que todos los aeropuertos deben respetar”.
Y ya que la política nunca descansa, López Rabadán también aprovechó para responder sobre el relanzamiento del PAN, su partido. Aseguró que, pese a las críticas que califican su nuevo lema de “fascista”, el movimiento ha sido un éxito porque ha puesto al PAN en boca de todos. Para ella, el mensaje es claro: el PAN defiende la libertad, la familia y la patria. “Esa no es una visión extremista, es una convicción de vida”, remató.
Entre maíz, aeropuertos y relanzamientos partidistas, el discurso de Kenia López Rabadán dejó claro algo: la política mexicana sigue siendo un terreno donde los símbolos pesan tanto como las decisiones presupuestales. Pero mientras el debate continúa en el Congreso, los productores del campo siguen esperando que esas palabras se traduzcan en pesos y centavos dentro del presupuesto 2026.
