Por Juan Pablo Ojeda
En Palacio Nacional, Claudia Sheinbaum Pardo le bajó la temperatura al amago del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que advirtió que podría romper con Morena en las elecciones intermedias de 2027. La presidenta no entró en polémicas y subrayó que lo realmente importante es que el Verde, junto con el PT, ha respaldado en el Congreso las iniciativas de la Cuarta Transformación.
“Lo importante aquí es que los tres partidos que nos postularon para el 2024 han estado votando juntos en el Congreso, y eso es muy bueno, porque permiten que siga avanzando la transformación y que siga mejorando la vida pública en el país”, señaló.
La mandataria fue clara al deslindarse del debate interno sobre posibles alianzas políticas: dijo que ese es un asunto exclusivo de los partidos y no de la presidencia. “Le corresponde a Morena definir sus alianzas para el 2027, y a esa parte ya no nos corresponde a nosotros. No me voy a meter al tema de los partidos políticos”, recalcó.
Las declaraciones llegan luego de que Arturo Escobar, dirigente nacional del PVEM, aseguró que su partido podría contender en 2027 con candidaturas propias en la mayoría de los estados, aunque sin cerrar la puerta a acuerdos, dependiendo de proyectos de gobierno y liderazgos locales.
El Verde ha sido un aliado estratégico de Morena en los últimos años, pero también es un partido conocido por su pragmatismo electoral: suele reacomodarse según las circunstancias. La advertencia, entonces, parece más un recordatorio de que su apoyo no es automático y que tendrá un costo político rumbo a la renovación de gubernaturas y del Congreso en 2027.
Con la mira en esas elecciones, Sheinbaum optó por la cautela: no romper puentes, pero tampoco ceder protagonismo. En otras palabras, dejó claro que las alianzas son tarea de los partidos y que la presidencia se concentrará en gobernar.