Kenia López promete un Congreso sin pleitos y con rumbo claro

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Por Bruno Cortés

 

En medio del ambiente político cargado de confrontaciones, la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Kenia López Rabadán, quiso dejar claro cuál es su papel: ser la voz institucional de los 500 legisladores que integran San Lázaro. En entrevista explicó que sus declaraciones recientes iban dirigidas a reafirmar su compromiso con la Cámara y con los ciudadanos, no a abrir frentes innecesarios.

López Rabadán reconoció que este año no será sencillo, pero lo ve como un periodo de retos y oportunidades. Su apuesta es mandar un mensaje distinto a la ciudadanía: que la política no tiene que estar basada en pleitos interminables, sino en acciones concretas que generen confianza. Lo dijo con todas sus letras: “México no se merece estar siempre dividido y siempre confrontado”.

La legisladora panista subrayó que la prioridad es demostrar que el Congreso puede trabajar de manera institucional y plural, respetando la ley y el reglamento, pero sobre todo mostrando resultados. Lo que busca es que los ciudadanos perciban que sus impuestos sí se traducen en trabajo legislativo útil y en decisiones que impactan positivamente su vida diaria.

Consciente de que muchos ven al Congreso como un espacio de pleitos partidistas, López Rabadán quiere cambiar esa percepción. Insiste en que la Cámara de Diputados debe mostrar honorabilidad, claridad en su labor y dar esperanza de que la política puede ser un puente y no una trinchera. En sus palabras, se trata de ponerle un “buen rostro” al Poder Legislativo, uno que dé certidumbre y no desgaste.

La presidenta de la Mesa Directiva se mantuvo firme en su postura: el presente exige trabajar y representar con responsabilidad, lo demás —las aspiraciones políticas futuras— llegará cuando tenga que llegar. Por ahora, su compromiso es darle rumbo al Congreso y que las sesiones tengan un buen futuro, con orden y sin protagonismos.

En un país donde el debate político suele ser sinónimo de gritos y división, la apuesta de Kenia López es mostrar que también se puede construir desde la institucionalidad. Y en esa narrativa, el Congreso tiene mucho que ganar: credibilidad, confianza y una relación más cercana con la gente.